Una Semana Santa diferente... - Imanol
He tenido la oportunidad de vivir una Semana Santa diferente, una experiencia en la que he encontrado esa conversión, esa agua que renueva, esa palabra que transforma, ese tiempo de reflexión personal desde el evangelio, el acompañamiento, la fe, desde la experiencia de Jesús de Nazaret, asumiendo su estilo de vida, desde el compartir, el conocer, el estar y por supuesto el ser. He podido salir del “yo” hacia el “nosotros”, en el centro penitenciario y sobretodo en el módulo en el que he estado he encontrado pequeños gestos que sería incapaz de describir, son de esos gestos invisibles de cuidados entre ellos, sus familias, el entorno… He visto esa conversión en ellos, esas ganas de reconducir su futuro por ellos mismos, un futuro no guiado por la suerte, no guiado por otras personas, sino por su propio proyecto personal. He visto en la mirada obrera de las personas que se encuentran allí esa esperanza, entrega, confianza, ese cristianismo. Viviendo el evangelio con cada uno de ellos (poniéndoles nombre, cara), al estar en un mundo de “heridos”, personas que se han equivocado, personas que requieren de comprensión, perdón y amor.
También he tenido la oportunidad de vivirlo junto con mi equipo de vida, y grupos de otras zonas, otras congregaciones, pero un mismo mensaje y un mismo objetivo: la dignidad propia de los hijos/as de Dios y la revolución personal.
Gracias a las Hermanitas de la Asunción por invitarnos a esta experiencia, por abrirnos las puertas de su casa por ser luz y sal para todas las personas que hemos tenido la suerte de convivir juntos en este tiempo, por la alegría, la acogida, el servicio, por traducir al lenguaje de la calle el mensaje del evangelio, de la Semana Santa. Gracias al grupo que se ha formado, por la espontaneidad, confianza, cotidianidad, por el compromiso de todos los que estamos en la construcción del reino de Dios. Con cada uno de nosotros y nosotras comienza otro tipo de sociedad, ha sido una de esas experiencias que a priori parecen pequeñas, pero que se producen porque sigue habiendo personas decididas a comprometerse.