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El 17 de julio de 1865 nacía una nueva congregación en Francia en el inicio de la industrialización, Esteban Pernet y  Antoinette Fage, nuestros fundadores, tocados por el sufrimiento humano y habitados por el Evangelio, intuyeron una respuesta "procurar la gloria de Dios po la Salvación de los pobres y los pequeños por el camino de Encarnación que siguió Jesús" y esto a través de medios sencillos de servicio, acompañando la vida de la gente.

Hoy estamos en 24 países de todos los continentes. Nunca hemos tenido instituciones importantes, sino que enviadas al corazón mismo de la humanidad, recibimos de la Iglesia la tarea de pedir al Señor la humildad y la audacia necesarias para que nuestros “actos hablen Jesucristo” y los empobrecidos puedan experimentar la ternura de Dios.